Si preguntas cuáles son las razones por las que eres invisible a los ojos de los chicos (mientras tus amigas parecen tener un imán), aquí tenemos la respuesta. Aprende a usar tu magnetismo.
Cada fin de semana se repite la misma historia: sales con tus besties, y en cuanto ponen un pie en el bar, todas ellas atraen miradas, mientras tú, te quedas solita en la barra esperando la hora de salir corriendo de ahí. El caso es que sí tienes tus encantos… Entonces, ¿dónde está el problema?
Cientos de expertos han estudiado el tema como si se tratara de una cuestión de Estado y han hallado los motivos.
Muy tímida
La mayoría coincide en que la causa de todos los males es la dificultad para comunicarse, detrás de la cual suele esconderse una timidez enfermiza o, simplemente, vergüenza por haber sufrido situaciones de ridículo cuando se ha intentado ligar.
Es lo que le sucede a mi amiga Teresa: ?En cuanto un chico se acerca, me pongo superpenosa, no puedo ni hablar y estoy tan nerviosa que termino tirándole la bebida encima.
Los psicólogos lo denominan bloqueo emocional, el cual consiste en quedarse en blanco, sin saber qué decir, pues creemos que no estamos a la altura de la otra gente.
La solución: es clave que subas tu autoestima (clases de baile y de teatro ayudan). Otro truco es jugar con tus debilidades, como señala el psicólogo Luis Tejedor, autor de El pequeño libro de la seducción.
«Por ejemplo, para dirigirte a él puedes decir: Hola, vine a conocerte, pero estoy muy nerviosa. Si ves que cambio de idioma, entiéndeme y dime que no se nota».
El primer paso
En otros casos, las chicas no toman la iniciativa verbal, aunque sí con miradas, porque todavía hay una base cultural heredada que se resume en la frase «que él de el primer paso», explica.
«Es que si el galán no se mueve yo no me voy a exponer, no vaya a ser que no le guste», argumenta mi amiga Marcela.
La solución: ¿Y si es penoso? No te resignes a seguir esperando, total no pierdes nada…
Les das mucho miedo
Hay veces que el obstáculo está justo en el extremo opuesto. «Tengo un gran sentido del humor, aunque soy algo ácida y me gusta molestar a la gente».
«A menudo me dicen que me veo un poco agresiva, pero no lo puedo evitar. Cuando un chico me atrae, voy por él, bromeo, insisto… Me pregunto: ¿por qué siempre acaba marchándose a los pocos minutos ¡si soy supersimpática!», me comentaba siempre resignada Aurora, una antigua compañera de trabajo.
La solución: Los expertos afirman que cambiar la personalidad es muy complicado. Así que tendrás que dejar claro que eres así: «Quería advertirte que soy bromista». Así por lo menos no se sorprenderá cuando te oiga. Sobre advertencia, no hay engaño.
Demasiada impresión
Ser atractiva tampoco te garantiza la gloria. Más bien, al contrario. Hace poco hablaba con una modelo que me comentaba: «Todo el mundo cree que ligo y arraso por donde paso, pero es mentira. Los chicos me miran; sin embargo, ninguno se atreve a llegarme».
La solución: Debes dar tú el primer paso. Muéstrale interés. Descubrirá que eres mucho más que una cara bonita ¡y que no muerdes!
Ver también: 7 Maneras sutiles pero efectivas de ligar
No te enteras
¿Es posible que un chico quiera hablarte o te esté haciendo ojitos y tú no solo no te encuentras consciente, sino que encima te quejes de que nadie te hace caso? Increíble, pero habitual.
La solución. Quítate la venda y activa tu radar. Al momento de que un hombre se te acerca, es porque quiere algo, no hay más. Sé receptiva, no te hagas preguntas y, si te gusta, ¡ve por él, campeona!
CONQUISTA, PASO A PASO
Para llegar a la tierra prometida (o lo que es lo mismo, al chico que te ha dejado en shock), debes ir pasando las etapas (tranquila, son breves). Si no te saltas alguna, sin duda, ¡habrá premio!
1. Contacto visual
Lánzale una mirada breve, intermitente «y con un poco de picardía», sugiere el psicólogo Luis Tejedor. «Los chicos son muy susceptibles a ella y así se transmite un mensaje de juego sin más trascendencia que la del ligue».
2. Acercamiento
Trata de entablar una conversación y practica la regla de las tres H de la actitud: humildad (ábrete a lo que pueda aportar esa nueva persona), honestidad (que se entere de lo que te gusta) y humor (si lo haces reír, ¡es tuyo!).
3. Primera cita
Proponle un plan para volver a verse. «Si hablan de sus gustos será más fácil organizar algo», afirma Tejedor. Si el primer día mantienes contacto físico con él (le tomaste la cara o te apoyaste en su hombro), querrá repetir.
4. El momento X
Si todo evoluciona favorablemente, lo siguiente, (garantizado), será el sexo. Luis Tejedor apunta que, para que no sea un desastre, «es importante ser comunicativos. Nada de callarse no importa el qué dirán». ¿Queda claro?
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