Si estás pensando en él mientras lees esto, definitivamente estás ahí...
1. Cuando ves al supuesto “Hombre más sexy del mundo” te da igual.
Claro, es guapísimo, talentoso, increíble y todo eso? pero tienes tus ojos puestos en una sola persona.
2. Te pones a la defensiva cuando tu BFF es un poco negativa sobre él.
“Para nada se ve raro, y ¿qué significa eso? Es brillante e increíble y tiene todo menos ser raro!”...
3. Estás completamente segura de que todas las canciones que ponen en la radio son sobre él y tú.
4. Todas las canciones tristes te inspiran lástima por todos aquellos desafortunados.
“Pobre Taylor, todavía no consigue al bueno?¡he estado ahí, no te preocupes, sólo shake it off!”...
5. Te conectas a Facebook y te das cuenta que no has visitado el muro de ninguno de los chicos a los que acostumbrabas stalkear.
Ni siquiera a ese guapo amigo tuyo de la prepa con el que siempre intercambiabas mensajes coquetos. Simplemente no te interesa.
6. Encontraste la manera de llevarlo a comer a tu casa, a tus reuniones, a la cita con tu dermatólogo? todo el tiempo.
Porque todo te recuerda a algo que dijo o cómo olía.
7. Sonríes más y, a veces, en lugares inapropiados.
Como esta mañana, mientras tu jefe te llamaba la atención.
8. Pensar en tu ex, sólo te irrita.
De hecho, ya ni siquiera le deseas algo malo, la verdad es que ya no piensas en él.
9. Crees que sus pequeños hábitos y manías son adorables.
Como cuando deja destapada la pasta de dientes y el tubo todo apretado.
10. Has estado muy cerca de decir “te amo”.
Como la vez que encontró tu programa favorito en Netflix o cuando empezó la mañana del miércoles con una increíble sesión de sexo. Estuviste a punto de decirlo? Sí, estás enamorada.
