Expectativas: ¿Amigas o enemigas?

Expectativas: ¿Amigas o enemigas?

¡Cuidado! Detéctalas antes de que te hagan la vida de cuadritos y te impidan ser feliz

Si revisamos con atención, no solamente en las relaciones, sino en cualquier aspecto de la vida, las expectativas nos han traído más decepciones que alegrías. Pero parece imposible evitarlas, pues son fundamentales de la condición humana. Y es verdad, no las podemos evitar, pero, al menos, sí manejarlas para que no nos hagan daño.

¿Qué son?
Las expectativas son lo que crees que debería pasar como resultado de lo que sientes, piensas, haces o planeas. En pocas palabras, es querer un resultado específico. Pero la vida no funciona como un laboratorio en el que si hacemos A y B, obtenemos C. Sin embargo, lo seguimos creyendo?

¿Qué hacen?
En la vida?
Nos confunden: como cualquier friend-enemy, las expectativas parecen algo bueno en un principio. Parecen una motivación. Pero también, como una mala amiga, lo que nos traerá son decepciones.

Alimentan el miedo y la insatisfacción: cuando vemos que los resultados que queremos están tardando más de lo deseado o simplemente no se dan, nuestros peores miedos aparecen, sobre todo porque no entendemos "¿qué hicimos mal?”.

Con las personas?
Idealizan: las expectativas hacen que veamos al otro como nos conviene verlo, no como realmente es. Evitan que desde un principio conozcamos a quien tenemos enfrente.

Malentendidos: para ti es “obvio” y “lógico” que alguien actúe como tú piensas que “debería” actuar. Pero no todos tenemos los mismos conceptos de relaciones de pareja, amistad, de familia, etc. Los malentendidos surgen porque tú nunca dijiste claramente lo que esperabas del otro, lo diste por hecho. Y no todo el mundo nos va a adivinar el pensamiento.

Reconocerlas para acabarlas
Como a cualquier enemigo, hay que saber de dónde vienen, sus tácticas y planes para que no nos hagan daño. Muchas veces no sabemos que tenemos expectativas hasta que ya nos decepcionamos. Las expectativas nacen de nuestras necesidades, miedos y sistemas de creencias. No son reales. Dependen de nuestra percepción y nuestras experiencias pasadas. Son necesidades y deseos no hablados, no son realistas.

Acepta
* La vida es caótica y carece de lógica. Entre más rápido lo aceptemos, menos nos dolerá.
* La gente no suele reaccionar como queremos, y eso no significa que esté mal. Solamente tenemos que aceptarlos como son, o si no nos gusta, irnos. Pero no puedes obligar a nadie a que sea como tú.
* Nadie es responsable de tu vida ni de tus sentimientos más que tú.
* La mayoría de la gente no te quiere herir ni es mala. Sólo están actuando desde sus miedos. No te lo tomes personal.

Manéjalas
* Cada vez que quieras que alguien haga algo, no esperes a que lo adivine. Háblalo claramente. La mayor razón de por qué los hombres nos cortan, es porque se cansan de “adivinarnos” el pensamiento.
* A veces ayuda hacer un “contrato” escrito, poner en claro lo que quieres y hablarlo. Pero recuerda que hablar con alguien sobre lo que te gusta o no, no es dar un ultimátum, sino simplemente poner las cartas sobre la mesa para llegar a un acuerdo.
* Cambia el chip mental de estar esperando que suceda algo. No digas: “Ahora sí?”, y evitarás decepciones.
* Ve la vida como una aventura en la que no sabes qué va a pasar. Eso es maravilloso, porque entonces, todo toma un nuevo sentido, es puro descubrimiento.

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