No nos referimos a las pequeñas fallas que a veces ocurren, sino a accidentes reales
En la primera vez con un chico nuevo los nervios, la excitación y hasta el deseo de quedar bien pueden jugarnos malas pasadas y hacernos caer en situaciones muy chuscas o penosas.
Pero hay otro tipo de accidentes, que casi rayan en lo insólito, de los que los amantes han salido lastimados.
Generalmente, la pasión desbordadada queda en una anécdota con la que después diviertes a tus amigas, pero hay casos extremos, como un hombre que murió al caerse del balcón cuando el esposo de su amante hizo acto de presencia, en Buenos Aires, Argentina, o una pareja que tenía sexo en Lübeck, Alemania, cuando cayó de una azotea.
A partir de estos casos curiosos, la compañía Medical Insurance realizó un estudio y descubrió que los “accidentes sexuales” son más comunes de lo que podríamos creer.
Tan sólo en Estados Unidos, según sus conclusiones, cerca de 30 por ciento de la población admite haber sufrido algún daño mientras mantenía relaciones sexuales.
El adorno que se cae de la pared de una recámara, la silla que se rompe en pleno acto, una cortina que se viene abajo, el piso resbaloso de la regadera, objetos punzocortantes perdidos bajo la alfombra... ¡en fin!
Claro que sabemos que las chicas Cosmo, además de audaces y sexies, son precavidas y difícilmente dejarían las tijeras sobre su cama, pero no quisimos dejar de compartirte el top ten de objetos riesgosos para el sexo según la empresa de la salud:
Bases de cama, botellas y vasos de vino, marcos de fotografías, sillas, tazas, paredes, cajoneras, puertas, ventanas y floreros.
Medical Insurance también enumeró los lugares que resultan riesgosos por no estar diseñados para tener sexo. No decimos que te olvides de tus fantasías ni renuncies a tu ímpetu aventurero, sólo toma las debidas precauciones: sofá, escaleras, auto, ducha, recámara (¡¿en serio?!), sillas, mesa de la cocina, jardín, inodoro y armario.
