Una vez terminada la dosis de amor, debería llegar el descanso. Pero, apenas cierran los ojos, tu galán ronca, se revuelca de un lado al otro...
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Cuatro soluciones para compartir la cama con un inquieto durmiente
Táctica 1
- Cánsalo
¿Tú o tu pareja son inquietos al dormir? Una solución es tener una ronda de sexo apasionado justo antes de darse las buenas noches. Investigaciones demuestran que los orgasmos relajan, facilitan conciliar el sueño más rápido y ayudan a que duermas profundamente.
Táctica 2
- La barrera de plumas
¿Sin darse cuenta uno invade el espacio del otro al grado de despertarlo? Intenta colocar una almohada verticalmente entre los dos para prevenirlo. Además, con esta barrera te quitas la preocupación de recibir (o dar) un codazo no intencionado a tu amado.
Táctica 3
- ¿Oídos sordos?
¿Los ronquidos de tu chico son peores que el sonido de una podadora descompuesta? Según estudios de la publicación Scientific American, el 44% de los hombres ronca con regularidad, mientras que las mujeres, el 28%. Los trucos de nuestras abuelitas de hacer sonidos de besos o aplaudir podrán funcionar por unos minutos, pero no más. Además, que lo hagas significa que ya te despertaste. Mejor compra unos tapones de oídos. Los de hule espuma o de cera para nadadores que venden en farmacias son muy útiles para bloquear el sonido sin lastimarte. Tip: si duermes de lado, ponte únicamente un tapón del costado que no está sobre la almohada.
Táctica 4
- Cada quién su? cobija
En varios países como Holanda y Alemania es común tener sábanas individuales en la misma cama. Si se roban las sábanas mientras duermen, prueben esta alternativa. ¿Sientes que mata el romance? Pueden acurrucarse dentro de la misma cobija antes de dormir y pasar a la individual al decir buenas noches.
La vida vista desde el otro lado
Ya intentaron todo, ¿y no puedes cerrar el ojo al lado de tu pareja? La causa puede estar en que no han elegido el lado correcto: si sienten que no están descansando puede deberse a que no estén durmiendo del lado adecuado de la cama para cada uno.
Proponle intercambiar de lugar durante una semana, para cerciorarse que cada quién está lo más cómodo posible.
