La belleza duele y más cuando se trata de tacones...
1. Caminas con un ojo viendo arriba y otro abajo.
Tu vista escanea el piso para evitar la mínima ranura, hoyo, piedra, etc.
2. Sientes que los tacones hacen una date mucho más romántica.
Los tacones nos hacen sentir más femeninas que nunca, y eso les fascina a ellos.
3. Odias las calles empedradas.
Olvídate de salir en los pueblos pintorescos y antiguos, cruzar una calle empedrada en tacones debería de ser un deporte olímpico.
4. La curita que te pusiste atrás del talón siempre se cae.
De nada sirve que te prepares antes de salir, esa curita jamás va a durar y tu talón acabará igual de maltratado.
5. Casi siempre sales prevenida.
Tratas de aguantar como toda una chic girl, pero por si acaso, sales con una bolsa más grande y con un par de flats para hacer el tan deseado switch.
6. Crees que usar los tacones dos horas antes del evento es la mejor idea.
Aunque te puede ayudar, la realidad es que lo mejor es ponerte tu favorite pair antes de salir de casa y no desde que te estás arreglando.
7. Tienes miedo de acabar siendo más alta que tu galán.
Puede ser angustiante, tanto para ti como para él. Pero entre más altos los tacones, mejor silueta vas a tener y tu chico va adorar eso.
8. Tienes una colección entera de tacones que nunca usas.
Entre los high heels que te quedan muy grandes, los que te quedan muy chicos, los que te lastiman horrible y los que ya no te gustan, tienes una pequeña fortuna invertida en zapatos que nunca verán ni el día ni la noche.
9. Los compras un poco más grandes para que no te rocen el tobillo.
Ese dolor puede ser insufrible y por eso prefieres una talla más grande. Sin embargo, ten cuidado te puedes acabar cayendo por lo grandes que te quedan.
10. Cuando te quitas los tacones, sientes que caminas en la luna.
Ese momento cuando llegas a tu casa después de estar horas en las alturas de los stilettos es delicioso.
