Una mentora puede ser un recurso invaluable en tu carrera, sigue nuestras recomendaciones para asegurarte de sacar el mejor provecho a esta relación
RESPETA SU TIEMPO
Como cualquier mujer exitosa, tu mentora está ocupada. Tomarse rápido un café contigo se convierte en sólo un elemento más en su ya repleta lista de tareas pendientes. Así que dale opciones, señala Kat Griffin, fundadora del blog de asesoría de carrera Corporette.com. Mándale un e-mail cuando tengas una pregunta, y hazle saber que estás disponible para ir a verla, platicar por teléfono o sólo hablar a través del correo electrónico. Dale tiempo suficiente para que te busque, mandar correos electrónicos con preguntas que necesitan respuesta inmediata es molesto.
BUSCA ASESORÍA, NO RESPUESTAS
Ella no es tu mejor amiga, tu mamá, tu terapeuta o la ouija. Y probablemente no se sienta cómoda diciéndote lo que debes o no debes hacer. ¿La solución alternativa? “En lugar de preguntar ?¿qué debo hacer? sobre una situación, pregunta lo que ella hubiera hecho”, señala Nina Ries, directora de Ries Law Group, en Santa Monica, California, y mentora de otros abogados. De ese modo, ella está compartiendo sus experiencias en vez de sentir la presión de tomar la decisión por ti. También respetará que simplemente estés buscando su apreciación para ayudarte a tomar una decisión informada y no que estás aplazando el asunto.
MANTENLA INVOLUCRADA
“Si sólo te pones en contacto con ella cuando necesitas un favor o un consejo, se sentirá como si la estuvieras utilizando”, advierte Zoe Weisberg Coady, cofundadora de la firma de Relaciones Públicas BrandStyle Communications. ¿Te ayudó a navegar por una situación laboral difícil? Mándale un e-mail y hazle saber el resultado. ¿Y si optaste por no seguir su consejo? “Dile que a pesar de que decidiste hacer X, hablar sobre Y fue esclarecedor”, sugiere Jenni Luke, CEO de la Red de Mujeres Step Up. Evitarás herir sus sentimientos, y ella conocerá mejor tu proceso de toma de decisiones.
NO PRESIONES
Tu mentora puede presentarte a gente y eso podría resultar en un puesto de tiempo completo en alguna parte, pero no esperes que lo haga. Y definitivamente, nunca le pidas de forma directa que te contrate. Su papel es guiarte y darte consejo, no encontrarte un trabajo. “Tu mentora no es tu cazadora de talentos personal”, afirma Ries. “Evita que sienta que la estás utilizando por sus contactos y no por sus conocimientos”. No te preocupes; si ella se entera de un empleo en el que serías una buena opción, te avisará.
DEBES SABER CUÁNDO MOVERTE
“Si no te das cuenta cuando tu relación mentora-aprendiz ha terminado, te conviertes en una molestia”, dice Nicole Lindsay, consultora de carrera en Connecticut. Periódicamente, haz un balance de tu estatus profesional. Pregúntate: ¿ya terminaste el proyecto para el que buscaste su ayuda (como entrar en la escuela de posgrado)? ¿Últimamente han interactuando más como colegas? ¿Descubres que la gente te está pidiendo a ti ser su mentora? Si es así, hazle saber lo mucho que aprecias haberla tenido en tu vida y mantente en contacto, pero déjala libre.
