La coach y oradora motivacional Gabrielle Bernstein, autora de Miracles Now, nos ayuda a romper el ciclo de pesimismo
Estás con tus tres BFFs y piden una rebanada del mejor pastel del mundo ?un postre y cuatro tenedores?, cuando sucede de nuevo: ?Por Dios, no puedo creer que haya comido tanto, me siento gordísima?. Sin importar quién lo diga primero o lo divertida que haya sido la cena, es casi inevitable que alguien más se meta a la conversación: ?¡No he ido al gimnasio en toda la semana! Mis muslos ya rozan mucho cuando camino?. Todas se quejan con compasión, y sin darte cuenta, estás recapitulando los pecados que cometiste con tu dieta, y las demás, torturándose con sus historias, cada una intentando superar a la otra, hasta que esa dulce noche (sin importar qué tan chocolatoso estuvo el pastel) desaparece... Y todas llegan a casa devastadas por la cena.
¿Por qué siempre ocurre esto? En parte, pienso que es el hecho de que, en nuestra cultura, a las mujeres se nos enseña a que es mejor proyectarnos como deficientes, en vez de presumir nuestros logros.
El cerebro femenino también está programado para buscar conexión y empatía con la gente. Queremos compartir cualquier descontento o dolor que estemos experimentando para no sentirnos solas. El enorme problema es que catalogar los defectos con nuestras mejores amigas solamente nos lleva a lugares muy, pero muy oscuros en nuestras mentes.
Entonces, ¿qué hay que hacer cuando estos pensamientos negativos quieren aparecer? Si dices: ?Oigan, ¿podemos hablar de otra cosa??, quizá no solucione el problema porque esto insinúa que los comentarios de tus amigas están fuera de lugar, lo que tal vez cause cierta fricción. Prueba las siguientes herramientas mentales para reenfocar la conversación de una manera más sutil.
1. Espera.
Cuando estés tentada a unirte a la negatividad, piensa: ?ESPERA, ¿por qué quiero decir eso??. Toma una pausa y pregúntate qué tipo de conexión estás buscando o qué sentimiento intentas calmar. Después, analiza tus emociones respirando tranquilamente durante 90 segundos. Una vez que te des cuenta ??ah, de eso se trata??, desaparecerán esos pensamientos.2. Dirige.
Considérate como una sanadora de conversaciones. Intenta cambiar la energía negativa del grupo, en positiva. Da cumplidos que no estén relacionados con la apariencia (?tu trabajo suena emocionante?) o comparte buenas noticias (?estoy planeando vacaciones en la playa, ¿algún consejo??). Redirige el flujo de la charla para levantar los ánimos.3. Foto.
Cada vez que veas una frase o una imagen que te haga sentir bien con tu vida, tómale una foto y guárdala en un álbum especial en tu smartphone. Enséñasela a tus amigas cuando la conversación empiece a irse a un lugar incorrecto. Si falla, ¡las imágenes inspiradoras de gatos siempre funcionan!4. Paz interior.
Presiona tu dedo índice con tu pulgar; después, haz lo mismo con el medio, anular y meñique, diciendo con cada toque al pulgar: ?La. Paz. Empieza. Conmigo?. Es un combo de mantra y mudra (un nombre budista para los movimientos de las manos) que puedes usar en cualquier situación. La frase y el mudra envían el mensaje a tu cerebro, como una miniacupuntura. El dedo índice libera sabiduría, el medio, paciencia (recuérdalo cuando te den ganas de levantárselo a alguien), el anular, conocimiento, y el meñique, visión e inspiración.
