Estas son las diferencias de las chicas buenas y las malas de Hollywood

Estas son las diferencias de las chicas buenas y las malas de Hollywood

Todas las celebrities tienen que enfrentarse al juicio (o los caprichos) de la audiencia, pero… ¿que? es lo que nos hace etiquetar a unas como ?santas? y a otras como aute?nticas ?bad girls??

Todo cambio? en 2003, cuando se filtro? en Internet un video en el que Paris Hilton practicaba un blow job a Rick Salomon, su entonces pareja y principal sospechoso de la broma. Contra todo prono?stico, en vez de censura y ostracismo, a la socialite? comenzaron a lloverle contratos de todo tipo. La heredera del imperio hotelero tardo? nada en firmar.

Una de?cada despue?s, Kim Kardashian, su desconocida asistente personal, replico? la operacio?n: su sex tape, junto al rapero Ray-J, dio la vuelta al mundo y la convirtio? en toda una estrella.

Si hubo un tiempo en el que fueron acusadas de bitches por exponerse sexualmente al mundo entero, poco importa ya: ambas han mutado en dos apreciables mujeres de negocios, con una fortuna ganada a pulso.

EL ARTE DE ENSEN?AR

¿Pero en que? consiste exactamente eso de ser una ?chica mala?? Hilton y Kardashian actualizaron a la perfeccio?n el espi?ritu de Helen Gurley Brown, la editora estadounidense de Cosmopolitan que acun?o? la famosa frase de ?las buenas chicas van al cielo, las malas, a todas partes?.

Ellas conectaron maldad y sexo y, para la superconservadora sociedad, son aquellas que se presentan ero?ticamente como agentes sexuales activos, que muestran su cuerpo como les da la gana.

Pensemos en Miley Cyrus, de estrella infantil de Disney a oli?mpica del twerking, acusada de perversa y escandalosa. O en Emily Ratajkowski, la modelo que no puede parar de desnudarse en las redes.

Incluso Lindsay Lohan, tan estera como exhibicionista que gustaba de escandalizar a los periodistas y directores de cine. Y Rita Ora, de la que se dijo manteni?a una relacio?n sado con Cara Delevingne, quien tambie?n se abrio? paso tras manifestarse como un ser sexual.

¿Por que? llamamos a estas chicas malas? Pues porque usan su poderi?o ero?tico como un activo de in uencia social y de negocio. Pero la decisio?n no es so?lo suya, sino que responde a una exigencia fijada de antemano.

?El papel que los medios de comunicacio?n reservan a las mujeres es fundamentalmente de ornamento, la mayori?a de las veces, de objeto ero?tico?, explica Juana Gallego, directora de la Universidad Auto?noma de Barcelona.

Tan apabullante es el requerimiento de que se presenten de manera sexy o directamente ero?tica, que lo de llamarlas malas se ha convertido ya en un calificativo casi vaci?o, reto?rico.

En esta ecuacio?n todo el mundo miente: la sociedad, que critica de manera abierta a estas fe?minas, pero en secreto las desea; y ellas, que se presentan como liberadas y rebeldes, mas interpretan el viejo papel de objeto sexual para asi? incrementar su fama y fortuna.

SEXO Y PELEAS = AUMENTO DE LIKES

Seamos sinceras: por cada persona que hace clic en un video de Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz en 2014, un millo?n contemplan a Ratajkowski por ene?sima vez desnuda, enseguida se lanzan a comprar lo u?nico que lleva puesto: lentes de sol ochenteros.

Moise?s Ferna?ndez, fundador y CEO de Avippp, agencia de marketing online para celebrities, explica cua?l es el objetivo de cualquier persona famosa que esta? en las redes, ?se llama monetizar, aunque en li?nea las mujeres famosas se decantan ma?s por explotar la moda en vez de su fi?sico?, explica Moise?s.

?Sacar partido del sexo es un valor seguro, sobre todo en Estados Unidos, donde la doble moral hace que mostrar un pecho en los MTV Awards te coloque de modo instanta?neo en las portadas de medios de comunicacio?n de todo el mundo. Las famosas de pai?ses latinos no tienen que dar una imagen sexosa para tener visibilidad, aunque algunas influencers hayan querido ir por ahi? en algu?n momento. Nosotros no lo recomendamos?, continu?a Ferna?ndez.

No es aconsejable, pero funciona: los performances de erotismo fashionista y exhibicionismo sexual de estas chicas malas nos tienen tan enganchadas como cualquier buena serie. ¿Que? estrategias funcionan mejor y ma?s ra?pido a la hora de llamar la atencio?n de las seguidoras?

Adema?s de subir contenidos de cara?cter sexual, son e caces las peleas con otras celebs. Las hermanas Kardashian son expertas en ambas cuestiones. A Rihanna no hay quien le tosa en Twitter, y tampoco a Nicki Minaj: siempre hablan claro y sin miedo a molestar.

Cada vez son ma?s populares (y, por tanto, ma?s ricas) las llamadas bad bitches: aute?nticas pandilleras de las redes como Azealia Banks, Blac Chyna o Amber Rose. Pero no todas las chicas malas son ccio?n para pescar seguidores en las redes. Tambie?n las hay porque su look o su comportamiento no se considera lo suficientemente femenino.

Aqui?, el ha?bito si? hace al monje, de manera que un peinado como el de Ruby Rose hace que sea considerada una mala radical. Por otro lado, a pesar de sus constantes campan?as en contra del bullying y la labor que realiza al frente de su fundacio?n, Born This Way, Lady Gaga suele ser etiquetada como bad girl por usar estilos, que en realidad buscan ma?s impactar que ser bellos.

Por su parte, Naomi Campbell se encuentra en la liga de la incorreccio?n por ser tan peleonera y agresiva.

Ver también: 4 Razones por las que la equidad de género es difícil de conseguir

ELLAS SON MA?S CRITICADAS QUE ELLOS

Otras veces, los episodios de alcohol, drogas y sexo trascienden la esfera privada y la etiqueta acaba persiguiendo a las famosas de por vida, como es el caso de Kate Moss.

Y es que ocurre que muchas chicas malas no son, en el fondo, otra cosa que mujeres con problemas, que pasan una racha difi?cil relacionada con adicciones, trastornos alimentarios o asuntos psiquia?tricos.

So?lo hay que pensar en Lindsay Lohan, Britney Spears o Mischa Barton: cada uno de esos resbalones ha sido exhibido y juzgado en las redes sin tipo de piedad alguna.

Es en estos casos extremos cuando mejor se comprueba que, en efecto, el juicio social a estas jo?venes es muchi?simo ma?s estricto que el que se realiza sobre los chicos.

?La cobertura de celebridades femeninas satura con historias heridas con problemas o en franca crisis, una cuestio?n que contrasta con el recato con el que se cubre a sus colegas masculinos?, explica Elise McPhail Fanger, investigadora que analiza el tratamiento de las famosas en los medios de comunicacio?n.

?Existe una clara preferencia por mostrar mujeres fuera de si? para ofrecer a las audiencias el placer de seguirlas, vigilarlas, identificarse con su problema?tica o juzgarlas con su severidad?.

SER CORRECTA NO VENDE

¿Que? pasa con las chicas buenas? ¿De verdad les hacemos menos caso? Pues si?. La apariencia de perfeccio?n de una marca siempre blanca no an?ade emocio?n a las redes. Sin embargo, las famosas que no quieren ser malas usan otros me?todos para alcanzar relevancia.

Unas, la moda: las mejores instagirls, Kendall Jenner, Gigi Hadid y Karlie Kloss, son las famosas ma?s deseadas por las marcas por su gran pegada publicitaria y su intachable imagen.

O el activismo: Kloss es la inspiracio?n de nin?as que desean estudiar informa?tica, como ella, y ha creado Kode with Klossy, un programa que ofrece cursos y becas para que las chicas se enamoren de la programacio?n y tengan ganas de salir adelante gracias a sus propios me?ritos.

En gran parte su imagen se construye a partir de este activismo y de su promocio?n de una alimentacio?n saludable. Por no hablar de Emma Watson y Lorde, portavoces del feminismo.

Alex Content, columnista de The Guardian y exdirectora creativa en la industria publicitaria brita?nica, advierte ya de un cambio de tendencia en el marketing global: ?El sexo ya no vende. El activismo, si?. Y las marcas lo saben. Asi? que es hora de avanzar y dejar de lado los juicios y jar la mirada en acciones ma?s provechosas?.

EL BATALLO?N ADORABLE

Son casi perfectas, bellas, inteligentes, talentosas, carisma?ticas… Saben mantener su vida privada aparte, y en la pu?blica llevan asuntos poli?ticos que valen la pena: la igualdad de ge?nero (Lorde y Emma Watson), la necesidad de que las nin?as aprendan programacio?n (Karlie Kloss)… Elle Fanning y Dakota Johnson parecen andar unos centi?metros por encima del suelo, y no se puede ser ma?s dulce y poli?ticamente correcta que Emma Stone, la nueva novia de Ame?rica.

CUIDADO CON LAS BITCHES

Menos la incomprendida Lindsay, todas ponen la bitch face: una cara que, en posicio?n de descanso, hace parecer que estuvieras muy enfadada. Ellas no tienen la culpa de esa expresio?n y, quiza?, tampoco de ser discutidoras, peleoneras, esteras y escandalosas. ¿En verdad son ellas tan malas como las pintan, ma?s que otras chicas de su edad? Y… ¿por que? sus colegas masculinos no llevan tambie?n colgada esa etiqueta de malos o perversos? E?se es el gran dilema.

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